sábado, 16 de abril de 2011

Un párrafo sin cordura, lleno de pensamientos que vienen y van...

No todo es así. No todas las cosas que ocurren, ocurren siempre de la misma forma. Por mucho que te lo intente explicar, es cierto que nunca llegaríamos a entenderlo. No imaginé esta noche como es. Triste. Infinita. Idiota. Absurda. Como ese programa que sale en la televisión que no apagas por escuchar algo de fondo y no sentirte, así, tan sola. Y un escalofrío que solo tienen una razón de ser; El  abrazo de alguien que no veo, pero que estoy segura que me quiere. No sé si hablarle al aire y darle las gracias a ese alguien que no sé si me escucha, si sigue ahí, o si se ha ido ya para siempre. Creo que no sé diferenciar qué es lo que perdura y qué lo perecedero. O qué es lo que se olvida y qué lo que se recuerda. Parece que cuando alguien promete lo eterno, pocas veces el cuento acaba como el tan recurrido final "Y vivieron felices, y comieron perdices, y colorín colorado..." Por todas las veces que he intentado olvidar algo de lo que me he acordado y me seguiré acordando toda la vida. Imágenes que quieres borrar porque te asustan o como esas palabras que todavía resuenan en tus oídos. Veces que podías haber dicho algo que no dijiste.

Y sin embargo, aún creyendo que mi vida está en ruinas, creo que es bonito seguir en pie todavía. Por muchas maldiciones y leyendas que tenga encima. Como el propio Cortijo Jurado. Por las estructuras que, seguramente restauraré con el paso de los años. Porque supongo que es tiempo de aprender cómo hacerlo. De equivocarme. De no saber porqué lo hago. Y de no tener muy claro porqué debe hacerse así. Hoy es un día feo, pero como digo, solo es un día. Escuchando una de esas canciones que me encantan y que siempre me hacen sonreír cuando estoy triste. Intentando sacar lo mejor de mi. Y no tengo muy claro si es por la dichosa canción o porque tenía ganas de hacerlo, pero es raro sentir que no sabes porqué te salen unas lágrimas tan tontas. Son las cosas que pasan. Las cosas que piensas pero que te callas por no hacer daño. Es la ilusión de ver a la gente ilusionada con el futuro. Pensando en el "después de... haré..." y sentir que planificar nunca trae nada bueno. Porque nunca nada es como en sueños. Solo lo que no se planea. Lo que ocurre por casualidad. Simplemente porque nunca lo has soñado. Y ahora es lo que es. Y si sueñas, lo harás imaginando algo que ya has percibido. Nunca aspirando a confines inexistentes. Todos caemos en el error. Y me da tanta pena haberme pasado la vida soñando lo que sería, mis metas, mis logros, mi futuro marido, el nombre de mis dos hijos, el color de mi coche, los viajes que haría cuando tuviera dinero... Y ahora me río al ver que estudio algo que nunca deseé, miro mis logros y me fijo en todas las veces que no lo han sido, al igual hago con las metas, que cambian cada vez que yo cambio de ideas, ¿mi futuro marido? ¿quién será?, ¿y si a mi marido no le gustan los nombres que he elegido?, y porqué pienso el color de un coche si aún no me he sacado ni el carnet, y porqué pienso en viajar si me dan miedo los aviones. Piénsalo. Estás aquí pensando en ser algo que no eres todavía en lugar de ponerte manos a la obra y serlo. El pez que se muerde la cola. Que se queja de las circunstancias, pero no hace nada para cambiarlas. Exactamente, esa soy yo. La que nunca acaba las frases. La que parece tonta, pero sabe de todo. La que tiene ataques de locura/cordura cada dos minutos. Y la que estaba intentando resumir el día de hoy, pero que sin querer se fue por las ramas. Otra vez. Cosas que siempre pasan. Como amigos que pasaron y que a ti te están dejando de interesar. Entristecerte por esas cosas que pasastéis y que ellos decidieron olvidar antes que tú. Un amor que nunca entendiste. Y que siempre te dejó un buen sabor de boca. Entristecerte porque olvidaste su sabor. Y volver a darte cuenta de que en días como hoy, no aparece nadie que te haga cambiar la canción que no paras de escuchar y que cada vez te hunde más para abajo. Y volver a darte cuenta en días como hoy, que eres una fiera. Pero solo cuando sientes que las cosas son injustas. Y darte cuenta en días como hoy, que hay peores que tú ahí fuera. Ganándose la vida buscando un te quiero misericordioso, lleno de interferencias, a años luz de un corazón que no sabes si late o se vuelve loco de amor. Y darte cuenta en días como hoy, que hay siempre días mejores y que hoy solo basta con una sonrisa pegada con chinchetas...

No hay comentarios:

Publicar un comentario