sábado, 28 de agosto de 2010

Que la vida es un sueño y los sueños, sueños son...

Con el paso del tiempo, en el final de los finales de las cosas, de las historias y de la vida, lo único que perdura son los recuerdos. El aroma inconfundible que dejan cuando parece que ya se han ido y que no piensan volver...

De pequeña siempre quise tener un telescopio para comprender de qué forma se gobernaban allí arriba, pero... lo cierto es que nunca me lo compraron, no he visto a través de un telescopio en la vida aunque, pese a todo, sigo imaginando esa otra vida que no me parece tan lejana ni tan incierta. Pero, después de un tiempo, cuando he visto aparecer tantas veces a la Luna, siempre en la capa más alta del cielo, en la parte más inalcanzable de mi, encima de un mundo entero, tan pequeña, pero a la vez tan cabezona. Tan joven, pero tan responsable. Tan inamovible, tan puntual, tan diaria y tan segura... Me he dado cuenta de que los humanos, no somos sino una copia torcida, errónea y enrevesada de todo ese mundo de los astros y el infinito del que tan poco sabemos a pesar de todo...

En este momento, siento que debo denigrarme. No debería estar aquí. Ni haber cogido el blogger. Ni haber escrito esto tan incoherente.
Debería estar en otro lugar. Dejando de sentirme pequeñita. Empezando a ser otra cosa: La Luna. Aprendiendo a brillar, a ser fuerte y a ser tan segura como ella...

Soñar es gratis...

domingo, 22 de agosto de 2010

Los viajes anticipados de Septiembre

Querida vida que no me escucha:

No me quiero ir, no me quiero ir, no me quiero ir... ¿Cómo me voy a ir y voy a dejar todo esto aquí? Patas arriba, boca abajo, de vuelta y media y al revés... ¡Qué desastre!

No, no, no... Yo no quiero irme. Yo no estoy acostumbrada a los viajes largos, ni a quedarme en un lugar a dormir que no sea mi casa. Yo no estoy hecha de esa pasta. A mi me gusta mi almohada, el olor de mi casa, el desorden de mi cuarto, la música "reguetonera" que pone mi vecino a las 10 de la mañana. De verdad, que a mi me gusta. A mi me gusta la seguridad que te proporcionan las cosas que ya conoces, que no cambian nunca, que casi que ni se mueven, ni se rompen, ni se oyen. Que siempre están donde tú quieres que estén. Yo quiero eso, siempre, para toda la vida. Pero cambiar a veces es necesario, parece. Seguir adelante implica también cambiar lo que no quieres cambiar. Empiezo a comprender eso que silban de que eres muy perra, de que la vida es muy perra.

Conclusión: Granada no está tan lejos, pero vivir allí... Sin mi familia, sin mis amigos de siempre, cambiando un poco mis costumbres, mis hábitos, mi manera de vivir. Ahora lo veo demasiado grande...

¿Por qué no ponen la universidad de arquitectura aquí? Y yo voy, yo me quedo...

viernes, 20 de agosto de 2010

A mi hoy también Peter Pan me amenaza.

Cuando creces, ni siquiera te das cuenta. Es tu madre la que se preocupa de ponerte frente a la puerta, con la cabeza derecha, para medirte, haciendo una nueva marca con lápiz en el marco. Cuando creces, ni siquiera lo notas. Es como si tú, en verdad, siempre hubieras vivido dentro de ti, intacto, casi intacto. Amando las mismas cosas, teniendo las mismas preferencias, delirando por los mismos motivos.

Pero cuando la vida gira y se pone boca abajo y luego da una vuelta de campana y te hace vomitar, te das cuenta de cómo te ha crecido el pelo, de como tus amigos ahora son tus amigos, de como has vivido estos últimos años, de cómo vas a vivir ahora, y de cómo quieres vivir en un futuro. Eso es crecer. Preocuparse. Estar siempre pendiente de lo que puede pasar, para que no pase o... para que sí pase. Amar es crecer también. Y luchar también lo es. Realmente pienso que los verbos más bonitos se conocen siempre cuando creces. Y aunque a veces la palabra nos de miedo, lo único que trae ella, consigo, es vida. Sólo vida. Eso que parece que nos falta en ocasiones y que no dejamos de derrochar sin darnos cuenta...

Eso que hay que vivir todos los días, creciendo, un poco más.

/imjappi

martes, 17 de agosto de 2010

La felicidad del auto-NO-comprenderse

"Será porque ya no me peino. Ni me preparo.
 Ni visto raro, ni uso perfumes caros
 cuando salgo en busca de amor...."

Martes

Hola, soy yo, otra vez, pesada y chirriante, haciéndome un blog. Que no tenía nada que hacer y he dicho "Oye mira, voy a quitarme el polvo y me voy a poner a escribir" Es que hoy mi vida se ha vestido de verde y lo ha combinado todo con el azul. Y ahora olfateo ese jardín con flores y, de vez en cuando, noto que llega una ráfaga de viento y me trae toda la playa, que sabe a sal. Por eso he abierto la ventana. La brisilla que entra me acaricia la parte más delicada de mi cuello y me hace cosquillas. Y eso me gusta. Y por eso me arrugo, como una marranica, sintiendo que la felicidad está en cualquier parte disfrazada también de cualquier cosa. Creo que ahora se ha camuflado en el resquicio de la ventana que acabo de abrir. Da igual.


Me relajo. Pongo los pies sobre la mesa. Mientras, el sol se cansa, se esconde y se duerme con mis tontas historias. Disfruto de un batido de fresa y se me calan los dientes. ¡Qué bonito! Hoy parece que no importa nada salvo yo. Preparo la maleta. Voy a completar los sueños, a escribir historias con finales y a buscar mariposas de colorines en el parque.



De esa manera, cualquiera puede ser feliz.
Incluso yo.
Mañana ya veré si me denigro o no.


/imjappi ©