"Cogimos nuestra ropa de los sábados tarde y corrimos calle abajo. Desprendiéndonos de todos aquellos problemas que pudieron, entre semana, revolvernos el estómago por dentro. Escapamos. Como quien se larga para no volver. Y yo cogí mi cámara y fotografié. Por si acaso. Porque somos tan pequeños con respecto a todo lo demás, pero logramos sentirnos tan grandes si nos unimos... que aquella vez, agoté la tarjeta de memoria. Y me alegré de que, al menos ese sábado, fuera para siempre"
Ha llovido mucho desde entonces. Desde aquella foto, desde aquel viejo texto. Pero tenía razón. Me alegro de conservar esta foto y los recuerdos que con ella vienen. Pese a que también, luego, me doy cuenta de que las fotografías no son capaces de congelar todo lo que captan. Al menos no para siempre; Ya no somos lo que éramos, hemos cambiado. Me pregunto porqué a lo largo de los años todas esas palabras pesan más. Que alguien me lo explique.