tag:blogger.com,1999:blog-26935864141546044572024-03-12T18:45:02.797-07:00Fulanita de tal & sus tontas historias...Fulanita de talhttp://www.blogger.com/profile/10804351610086645159noreply@blogger.comBlogger56125tag:blogger.com,1999:blog-2693586414154604457.post-74629773093007344712013-07-31T07:27:00.003-07:002013-07-31T07:28:03.502-07:00Olores. <div style="text-align: justify;">
Hueles a café. Hueles a tostadas recién hechas, a tormenta, a suavizante, a película con palomitas y a la sensación de correr de puntillas por el pasillo. Hueles a todo aquello que me recuerda que eres mi hogar. </div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
<b>¿Lo supiste alguna vez?</b></div>
</div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
A veces, las personas corren el riesgo de ser especiales. </div>
</div>
Fulanita de talhttp://www.blogger.com/profile/10804351610086645159noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2693586414154604457.post-47876344801444657172013-07-30T16:46:00.003-07:002013-07-30T16:46:38.524-07:00Vuelvo, porque nunca me fui.<div style="text-align: justify;">
Vuelvo, como la que nunca sabe cuando se irá. Vuelvo, como las canciones que siempre quieres olvidar o como las cosas que nunca se fueron del todo. Vuelvo, como un chispazo. Como el viento que, casi vencido, se deja llevar y te sopla en la nuca. Vuelvo. Y quién sabe si algún día me fui. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En realidad, nunca dejé de echar de menos. Tal vez, por eso, hoy creo que tú eres lo único que me entiende. No hace falta comprender: Las palabras están ahí. Y mi vida también. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div>
<br /></div>
Fulanita de talhttp://www.blogger.com/profile/10804351610086645159noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2693586414154604457.post-30879122360992879092012-04-24T09:50:00.001-07:002012-04-24T09:54:58.596-07:00Cuida a los tuyos, donde quiera que tú estés...Hay días que no deberían haber existido nunca. Un amanecer lleva consigo y de la mano otro amanecer. Y casi sin dar las gracias por estar aquí, cerramos los ojos, con la plena confianza de que, mañana, volveremos a abrirlos. El Sol nos regala ese trozo de vida que le queda. Y creyendo que será un buen día, decides caminar descalza hacía la ventana, atraída por esos minúsculos haces de luz.<br />
<br />
El radio despertador acaba de sonar. Hoy tú has sido más rápida. Suena de fondo una canción que hace tiempo no escuchabas. Y no decides restarle importancia. Cierras los ojos. Y al cerrarlos, te acuerdas de porqué cada canción cobra significado dentro de ti. Es como si cada recuerdo importante tuviera una melodía que le acompañara. En este caso, una canción acaba convirtiéndose en una persona. Y en tus ojos, cerrados aún, nacen las lágrimas que hoy, te hacen sentir viva.<br />
<br />
Al abrir la ventana y mirar hacia abajo, la gente anda muy deprisa. Otra gente, apoyada sobre un bastón, camina a paso más retardado. El tráfico a estas horas de la mañana es horrible. Pero tú vas a pie, porque no hace tanto frío y porque necesitas despejarte. Pero el cielo hoy se ha nublado. Pero solo para ti.<br />
<br />
Porque mientras todos buscan su lugar en el mundo, tú acabas de perder el origen del tuyo. Y eso es algo que no puede compararse con ningún otro dolor, con ninguna otra preocupación. A veces, el dolor es irreparable. Y no se sabe qué decir. Ni cómo actuar ante eso. Nadie desea la muerte, tampoco nadie la espera. Pero cuando llega, se nota. Y cuando lo hace injustamente, se nota más todavía. El destino, la vida, la casualidad, la suerte o la desdicha, no sé exactamente qué tuvo la culpa. Pero si hay algo de verdad ahí arriba, si hay alguien ahí que nos espera después de la vida, si no es nuestro sistema quien decide dejarnos ir, esta vez te has equivocado. Lo has hecho muy pronto. Y no has valorado lo que ha luchado para aferrarse a la vida sin que nadie sintiera ni un solo grito de dolor y desilusión.<br />
<br />
Ella siempre había sido una mujer silenciosa, muy elegante y educada. Pero yo la recordaré por otras cosas. Ella ha sido una mujer alegre y poco común. Una mujer valiente, demasiado valiente, bastante valiente. Luchadora. Ganadora de batallas. Prisionera de sus miedos, de los miedos más grandes. Y... madre. Sobre todo madre. Madre coraje.<br />
<br />
Hacía tiempo que no escribía, pero hoy lo hago por necesidad...Por una necesidad que no puedo ni explicar con palabras. Y eso me da rabia. Me da mucha rabia... Pero hoy, no puedo esperar más de mi, ni de nadie. Es el precio de la vida. Es la ley de vivir. Y como ya he dicho en varias ocasiones, tal vez en contextos diferentes a este, a veces, las leyes no son justas.<br />
<br />Fulanita de talhttp://www.blogger.com/profile/10804351610086645159noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2693586414154604457.post-64712132176283121422012-02-28T13:15:00.000-08:002012-02-28T13:15:28.707-08:00A todos esos que se empeñan en robarnos la voz yo les digo QUE VIVA ANDALUCÍA LIBRE<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Nunca me canso de escuchar esa historia. Y mi madre tampoco se cansa de contármela. Cuando lo hace, sube los puños, casi sin darse cuenta, sin querer, con rabia, con mucha rabia, casi con la misma que el 4 de Diciembre llevaba, dentro de sí, toda Andalucía. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Aquel cuatro de diciembre de 1977 si no recuerdo mal, si el año no me falla, Sevilla, Huelva, Almería, Córdoba, Cádiz, Málaga, Jaén y Granada salieron a la calle, gritando, pidiendo, luchando por una autonomía, por una capacidad de autogobierno, por un derecho que por derecho les correspondía. Y nos sigue correspondiendo.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Allí, también estuvo el que era antes joven, Caparrós. Aquel que se atrevió a escalar la fachada de la sede del organismo provincial de Málaga y hacer que, junto con la bandera nacional, ondease también la verdiblanca. Pese a que muchos, a los cuales no nombraré, porque considero que tampoco se merecen tal mención, les molestara aquel acto que lo único que reflejaba era que Andalucía, por mucho que se empeñasen algunos en callar, tenía voz. Y una voz muy fuerte. Una voz que ya no se conformaba con lo primero que le dijeran. Una voz que ya no se vendía al mejor postor. Una voz que decidía, que escogía, que quería. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Y yo me atrevo a imaginar lo que se le pasó a Caparrós por la cabeza mientras intentaba subir, como podía, a lo alto de la Diputación. Me imagino que imaginó que lo conseguíamos, me imagino que imaginó, que como él, llegábamos hasta arriba, para que así, la altura no importara nunca más: Andalucía siempre estaría presente, Andalucía siempre sería importante, Andalucía no sería más, pero tampoco menos que nadie. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">En ese acto valiente, y digo valiente y lo recalco porque lo que acto seguido le aconteció no lo fue, ni lo será nunca. Caparrós, el joven Caparros, fue asesinado por la espalda. Y su crimen, a día de hoy, sigue permaneciendo impune. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Cuando mi madre llega a esta parte de la historia, su voz se encoge y se quiebra. Le cuesta hablar con claridad. Y hay algo en ella que le entristece. Han pasado más de treinta años… Y parece que para seguir adelante, para cambiar, es necesario que la gente olvide. Creo que es eso lo que le duele. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Bueno, no lo creo, lo sé. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">A día de hoy, son muchas voces y mucha gente la que opina y ya está, la que no opina y no pasa ná, la que cree, la que nunca creerá, la que piensa, la que no quiere pensar. La que no habla o la que habla de más. La que escucha o la que no tiene pensado escuchar. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Vivimos unos tiempos en los que no es nada fácil hacer las cosas. Pero también es cierto, que no es válido hacer cualquier cosa para cumplir un objetivo. Al menos, no ahora. Vivimos unos tiempos en los que el paro no es solo un número que escuchamos en la televisión, un porcentaje que estudian los economistas o una tasa que, por ser tan elevada, llama la atención. No. El paro ya es otra cosa. El paro son vidas, son personas. Son historias que todos vivimos de cerca. Por desgracia, ya no hay nadie o casi nadie que se salve. Es raro que en una familia todos los miembros trabajen. Es raro que cada día a alguien le cueste menos abrir el cierre de su negocio sin pensar que puede ser la última vez que lo haga. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Esa es la situación que nos está tocando vivir ahora. Situación que nos está robando las esperanzas, si es que acaso a algunos les quedan algunas. Esa es la situación que nos reflejan, cada día, los periódicos y que estudiamos, cada día, los jóvenes. Pero lo que es peor, esta es la situación que viven, cada día, los desempleados, los recién salidos de las Universidades de toda España, que no encuentran, ni siquiera, su primera oportunidad. También es la que viven los padres de familia, los que llevan toda su vida trabajando en lo mismo, y ahora, de repente, no saben dónde ir. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Y el problema se agrava cuando unos cuantos profetas de mala costumbre, nos cuentan una verdad a medias, que es como una media verdad, que acaba siendo, sin más, una mentira para ganar, a toda costa, lo único que les importa, las elecciones. Porque luego, nunca está de más decir que “con esta situación no contaban” pese a que todo el mundo sabe que sí que lo hacían. Y una vez más, los que vuelven a ser las víctimas de todo aquel mundo paralelo en el que parece que los demócratas siempre se van a vivir antes de todas las elecciones, somos nosotros, los españoles, los de a pie, quiero decir.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Como anteriormente he dicho, no es válido hacer cualquier cosa para lograr un objetivo. Es verdad. Esta es la época en la que los polos se han invertido. Nos llaman locos por decir que no creemos en la justicia, porque a ellos les parece muy loable que un juez sea condenado a once años de inhabilitación por intentar sacar a la luz una de las tramas de corrupción más importantes que han ocurrido en España mientras que, dentro de toda esa trama, van saliendo absueltos, uno a uno, todos los imputados. Perdonen, no es que no creamos en la justicia, en lo que no creemos es en porqué siempre pagan los buenos y los sinvergüenzas, por h o por b, acaban escurriendo sus responsabilidades.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Es el mundo al revés, perdonen otra vez. Y no crean, que hago con esto, demagogia barata. Considero que la democracia es mejorable, pero el sistema democrático es el mejor sistema que hemos inventado los seres humanos para convivir. Por eso, no manipulen. No nos llamen cínicos cuando ponemos el grito en el cielo y decimos que no estamos de acuerdo. Porque no lo estamos, ni lo estaremos, porque todos sabemos que a veces, las leyes, no son justas. Y esta vez y en otras ocasiones, no lo han sido. Pero es impensable que esto se esté convirtiendo en un cachondeo. Pueden estar de acuerdo conmigo o no, pero o los demócratas acaban con la corrupción o la corrupción acabará socavando los cimientos de la democracia.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Y eso es así. Por eso nos quejamos, señores de arriba. Yo lo que les pido, desde aquí, es que si nos quieren escuchar, que bajen, que desde las alturas no se oye bien y todo se distorsiona. Y no escurran el bulto, esto tiene que acabar. Eso es lo que pedimos cuando salimos a la calle, y no es tanto. Que no traten más al dinero público con opacidad porque es de todos. Transparencia y controles. Y una legislación dura: que paguen de su patrimonio personal lo que usurpan aquellos que se creen más listos que nadie.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Y yo no distingo los colores, en este caso no lo hago. La corrupción es mala, da igual de donde provenga. Porque la corrupción, en resumidas cuentas, es la lacra de la democracia.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Y ahora, hablemos de Andalucía. Que en sí, es lo que más me importa, porque es lo que más me duele. Andaluces, andaluzas, no importa quién escriba esto, porque antes que yo, han sido muchos los que lo han hecho. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Creo que hoy depende de ti, que me estás leyendo, y depende también de mi. Otro mundo es posible. Pero no dejemos que nos lo vendan a largo plazo. Que los andaluces, ya hemos esperado bastante. Aquel que decida representarnos, debe comprometerse con la gente, con la que debe ser SU GENTE, tal compromiso no debe acabar en un discurso, no debe quedarse en unas palabras ni en una intención, ni tampoco en unos cuantos golpes de pecho. El que decida representar a Andalucía debe sentirse hijo o hija del que ha sido siempre el padre de la patria andaluza, Blas Infante. Aquel que decida representarnos, sentirá que debe exigir justicia para su pueblo, como tal vez lo exigió su padre, su madre, su hermano, su hermana o él mismo hace treinta años. Aquel que decida representarnos, deberá ser otro Caparrós ondeando esa verdiblanca. Porque lo que no podemos permitir, es que aquel señor o aquella señora que decida representarnos, siendo elegido en estas elecciones del 25 de marzo, sea alguien que haya permitido o que vaya a seguir permitiendo que nos roben el sueño de la autonomía, que nos sigan tratando de vagos, de analfabetos y de don nadie. Y que además, esos mismos que hoy se presentan, que piensan que ya lo tienen todo ganado, que deciden desde el salón de su cortijo lo que es bueno para Andalucía y lo que no, son los mismos a los que lo único que le importa, tristemente, es el sillón. Y quien no me crea que vea las declaraciones del señor Arenas al ser proclamado Rubalcaba. “<span style="background: white; font-family: "Helvetica","sans-serif"; line-height: 115%; mso-bidi-font-size: 10.5pt;">Les anticipo al señor Rubalcaba y Griñán que con Rajoy, les vamos a ganar este 25M”</span> Eso es lo que no podemos permitir. Ser un cero. Confiar y seguir siendo un cero. Perdonar y seguir siendo un cero. Andalucía no puede quedarse como está, el socialismo, a mi parecer, más roto que nunca, tampoco es la opción más adecuada. Han tenido tiempo para demostrar lo que no han sabido demostrar. No culpemos a los andaluces, no responsabilicemos a las autonomías como las culpables del déficit, que no nos sigan engañando, la autonomía es una herramienta útil, lo que no es útil ni a corto, ni a largo plazo, es su mala gestión. Gestión que ni Chaves ni Griñán han sabido dirigir. Gestión que se tomaron a la torera. Problemas con las subvenciones, escándalos con los ERE’s. Señor Griñán, Señor Chaves, ustedes, a mi parecer, deberían haber dimitido ya hace mucho tiempo por decencia política, por llevar en su haber, la mochila de la corrupción. Y sin embargo, no lo han hecho, tampoco lo han hecho.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Y después de todo esto, es normal que haya gente que no crea en nada. Porque lo único que importa es seguir adelante, es ver como tus hijos siguen adelante, es ver como tu vida y como la de toda la gente a la que quieres, sigue adelante. Yo lo entiendo. Pero no dejemos que esa mentalidad que se forjó en los años 80 desaparezca. No dejemos que nos rompan, andaluces. No dejemos que los jóvenes no la conozcan, andaluces. Levantaos. Que el cuento no os lo estoy contando yo, ni mi madre, ni muchos como yo, son ellos los que creen que pueden estar toda la vida contándonoslo y que no pase nada. Ha llegado la hora de no esperar a que nadie nos rescate, ha llegado la hora de no esperar a que nuestro presidente del gobierno decida aprobar los presupuestos de Andalucía –que no lo hará hasta que no pasen estas elecciones, claro- . Para lo que sí ha llegado la hora es para tomar las riendas y ser dueños de nuestras decisiones, de dejar de ser esclavos, de no permitir más que hablen y decidan por nosotros. Que no nos digan quienes somos, que nosotros lo sabemos, que nosotros somos, y se nos llena la boca al decirlo, ANDALUCES. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Y esto es lo único que quería que supierais, que soy joven, que tengo la misma edad que tuvo Caparrós cuando murió, que me siento orgullosa de ser lo que soy y de defender lo que defiendo, que no es más que mi tierra, mis raíces, mis valores, mi justicia, mi libertad y mi seguridad. Y de no hacer olvidar esta historia, ni la del pasado, porque aunque muchos se empeñen en dejarnos sin voz y sin ganas, seguiré escribiendo, seguiré luchando por darle el papel protagonista a quien lo merece, a esos millones de andaluces de ayer y hoy, y también de mañana.<o:p></o:p></div>Fulanita de talhttp://www.blogger.com/profile/10804351610086645159noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2693586414154604457.post-90746716883626629102012-01-29T12:11:00.000-08:002012-01-29T12:20:18.247-08:00Te debía una historia.<div style="text-align: justify;">Aquella canción siempre le había recordado a alguien. Aunque ahora no sabía si recordar valía para algo más que para hacerse daño. Nunca había pausado una canción. Entendía que eso era el modo cobarde de afrontar las cosas. Y siempre era capaz de escucharlas hasta el final. Recordar el suspiro del minuto tres y el segundo veinticuatro de Ismael Serrano en “Las instrucciones para no odiar eternamente” era algo que me llamó la atención desde el principio. Ella no era una cobarde. O al menos, no lo parecía. Pero en algunos determinados momentos, aparecían en ella los miedos más irracionales. Los que nunca comprendemos. Los que se salen de la línea de lo complicado. Y los que, desde fuera, parecen insignificantes y fáciles de superar. </div><div style="text-align: justify;">Y este era uno de esos momentos.<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">Hacía su maleta lentamente y con sigilo. No quería hacer ruido. No quería contarle al mundo que en su cabeza volaban aviones, tocaban cláxones y trompetas y también vivían los zumbidos más fuertes. Le costaba volver al armario y sacar algo más de allí porque al fin y al cabo, estaba empaquetando una vida para luego trasladarla a otro lugar. Y eso nunca o casi nunca ha sido sencillo. El futuro incierto nos llena de emociones. Nos hace cavilar, soñar, imaginar tiempos mejores. Ganas de cambio. Espacio para dar un giro de más de 360º grados. Pero nunca sabemos lo que va a pasar hasta que pasa. Y Berta, para bien o para mal, no soporta la incertidumbre. </div><div style="text-align: justify;">Berta, así se llama la protagonista de este viaje que todavía me cuesta describir. Un nervio, un terremoto, un algo que no para de zambullirse entre la gente. Abierta. Carismática. Simpática. Y una retaíla de buenas palabras son las que yo, en este caso, podría dedicarle. Pero este no es el caso ni el momento para contároslo. Tal vez, más adelante.<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">Yo solo quiero que volvamos a su habitación. Su ventana está abierta. Entran aquellos suaves rayos de sol que ya nos dedicaba Septiembre de 2010. No hacía tampoco demasiado frío. Mucho menos en Málaga. La gente todavía seguía yendo a la playa y arañaba como podía, lo poco que quedaba de ella. Ella siempre se perdía en el mar. En el sonido de aquel choque del rompeolas. Tocaba la arena con los dedos de los pies. Y me atrevo a decir que podía llegar a ser una de sus sensaciones favoritas. Playa, sol y amigos. Berta eso no lo cambiaría por nada, eso sí que lo sé.<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Seguía con su maleta. Su madre entra por la puerta. Y comienzan a multiplicarse los nervios; “Berta, ¿qué te queda?” “Berta, no nos da tiempo” “Berta, date prisa” Y ella se echa el pelo para atrás y suspira. Y resopla dos o tres veces antes de decir “Ya está mamá, ya he terminado”. Esas palabras justas que hacen que su madre se vaya satisfecha. Pero siempre con el corazón un poco encogido. Sabiendo que, en unas horas, la reina de la casa saldría por la puerta. Rumbo a la ciudad de los sueños por cumplir. Rumbo a Granada. Rumbo a una habitación con vistas a Gran Vía.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Hacía un sol espléndido. Luz. Siempre le ha encantado la luz. San Juan de Dios hacia arriba. Curva a la derecha. Se hace muchas preguntas sin tiempo a responderlas. Un portón abierto parece que le da la bienvenida. Sube esos cuatro escalones y alguien mayor le regala unas llaves y una tarjeta azul por un lado y blanca por otro, con su nombre. Ella sonríe. Como solo ella sabe hacerlo. Y sus ojos se achican mientras da las gracias y sube de nuevo el asa de su maleta.<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Segundo piso. Pasillo derecho. Última habitación, al fondo. Una estrella pegada en la puerta, de nuevo con su nombre. Habitación 54. Introduce la llave. Una pausa. No quiere responderse ninguna de las preguntas que siguen revoloteando su cabeza. Gira la llave y la puerta se desliza. Paredes blancas. Un corcho vacío. Un colchón sin vestir. Se adelanta a aquel ventanal. Lo abre y se asoma. Coches que pasan con prisa. Vida. Bullicio. Esta es Gran Vía. Y este es su lugar. Comienza la mudanza. Las fotos pegadas una a una en el corcho. El intentar cambiar el olor del vacío por otro más reconfortante. Aún no sabe cómo. En fin, da igual. Suspira. Mira su móvil. Nada. Rabia. Vuelve a suspirar. Odia esperar lo que no llega. Pero se resigna. No cambiaría estar aquí por nada. No quiere tardar más. Por eso se agacha y abre las cremalleras de esa gran maleta roja.<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">De repente, el móvil suena. No ha llegado todavía el segundo dos cuando ya lo tiene en sus manos. Pero no. No es quien espera. Pero no por ello no se lleva una gran sorpresa. De nuevo su sonrisa en la cara.<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">Es Espe.<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">-¡Gordaaaaaaaaaaa! –Y un grito pinta todas las paredes-. ¿Dónde estás? Ya he llegado… -Berta da treinta vueltas en esos escasos diez metros cuadrados de habitación y no deja hablar a nadie-. Te iba a llamar ahora, pero no…<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">Espe la interrumpe.<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">-Berta cariño, ¡tranquilízate! –Una risa suave al otro hilo del teléfono- Yo también acabo de llegar, solo te llamaba para ver si estabas bien, si habías llegado bien y todas esas cosas…<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">-Sí, sí, sí… -Ahora, algo más tranquila-. Todo bien, mucha calor, pero bien. Todavía no he abierto la maleta y en cinco minutos tengo que bajar abajo. ¿Qué tal el viaje?<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">-¡Eterno tía! –Dice Espe sin pensar-. Quería llegar ya, soltar las maletas y ver Granada de nuevo… -Una pausa. Su voz calmada cambia.-. Aunque…<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">Berta no espera. Por un momento se asusta.<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">-Aunque, ¿qué?, ¿qué pasa?<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">-Ya he oído historias de novatadas y me da que lo voy a pasar…<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">-Gorda te lo vas a pasar super bien… -Se ríe. Le quita hierro al asunto. Mira la hora en ese preciso instante. Ya es tarde. Tiene que colgar-. Anda te dejo, tengo que bajar. Luego si puedo te llamo, ¿vale? ¡No te preocupes y disfruta!<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">Al otro lado, Espe le regala una media sonrisa. Decide aparentar que las palabras de su amiga han eliminado todos esos miedos y nervios idiotas.<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">-¡Está bien! Luego me cuentas. Te quiero muuuuuuuucho.<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">Y ese “muuuuucho” se alarga hasta que el teléfono se ilumina y aparece en la pantalla “Llamada finalizada”. Aunque si por ellas fuera, ese mucho se alargaría hasta el final. Duraría toda la vida, como las buenas costumbres. Incluso, me atrevo a decir que más allá.<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">La amistad, al igual que el amor, pasa por etapas cruciales. Transcendentales. Etapas en las que sopesamos si alguien es importante en nuestra vida o no. Yo muchas veces me pregunto si aquella frase coletilla de “A ver si nos vemos” es real o no. ¿Por qué? Hace tiempo leí que las personas complicamos las cosas. Y es cierto. Si echamos de menos, ¿por qué no llamamos? Si queremos pasar un rato con alguien, ¿por qué no le invitamos a cenar? Si tenemos dudas, ¿por qué demonios no preguntamos? No nos gusta, hablemos. Nos gusta, hablemos aún más. Las cosas son así, ¿no? ¿Tenemos ganas? Hagámoslo. No pensemos en el después. No podemos pasarnos la vida pensando en lo que pasará mañana y creyendo que las cosas son imperecederas. No. La vida tiene otras leyes. Y seamos realistas, a veces, las leyes, no son justas.<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">Y volviendo al tema, ellas han pasado por muchas etapas cruciales. Y en ninguna de ellas, han renunciado a todo ese baúl ensanchado, lleno de risas, de lágrimas, de momentos que querrían olvidar, y de otros que les encantaría volver a repetir. Lleno de canciones, de secretos y de tardes en Málaga. También colmado de rutina. Pero de rutina sana, de esa que incrementa la confianza, de la que te enseña a no hablar y a que la otra parte de ti ya te haya comprendido. Eso es. Esas son Espe y Berta. Y esa es la amistad que yo pienso que es capaz de saltar cualquier obstáculo. La que crece todos los días un poco. Y no se agiganta en los cumpleaños ni en los días señalados. La que dedica una tontería a diario. La que siempre tiene algo presente. La amistad que es indispensable. Irremplazable. Imprescindible.<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">Eso. Imprescindible. Su palabra. La palabra que ellas siempre se dedican. La palabra que las define. Y que estoy segura que las definirá toda la vida.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Y si volvemos a Granada, la sala estaba llena de gente. Llena de gente desconocida, claro. Pero tampoco era muy grande, la verdad. Tanta gente me recordó a ese viejo salón de actos de mi escuela: Padres y madres ansiosos, a la espera de ver a su hijo aparecer en el escenario, vestido de ocasión en la función de Navidad. Sí, algo así era.<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">Esta vez, en lugar de teatro, nos colocaron diapositivas de trenes que iban y venían y que solo pasaban una vez por la estación. Asemejando la idea de que nosotros éramos partícipes de un viaje que nos cambiaría la vida por completo. Sí. Creo que nunca había escuchado eso de “Hay trenes que solo pasan una vez en la vida. No los dejes escapar”<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">Aquel discurso fue tan original que casi ni pensé que la última frase sería esa que acabo de decir. La originalidad no ha sido ni es uno de los puntos fuertes de nuestra directora. Utilizó las metáforas, las buenas palabras, y esa voz suave y angelical que utiliza para hacer promesas, pedir favores y excusarse cuando sabe que no las tiene todas con ella. Con el paso del tiempo comprendimos que cada cual entiende el bien a su manera. <br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">Pero no es eso lo importante. Olvidemos por un momento ese aire cargado de hipocresía que siempre condensaba el lugar cuando ella se acercaba. Porque al final, cuando te rodeas de gente así, acabas devolviendo la misma sonrisa estúpida que no tiene sentido y que solo emites para que no se note lo que de verdad estás pensando. Y es triste que alguien como ella acabe siendo juzgada por alguien como yo. Pero este es uno de los asuntos que tampoco es necesario tratar en este momento, porque yo sólo quiero que hablemos de cosas buenas, o de lo que al fin y al cabo importa y se merece una mención.<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">Volvemos a la sala. A Berta. A su cabeza. Mientras la directora habla, ella fija la mirada en todas esas personas que han asistido al acto. Y que también ojean la sala, en busca de la primera mirada de complicidad.<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">Hay una chica que habla por los codos. Que mueve los pies constantemente. Y que chincha a la chica que tiene al lado. Se nota que está contenta, que está feliz. Berta no puede evitar escuchar la conversación que mantienen esas dos amigas que, pronto, también serán las suyas.<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">Pero también hay otra chica, al lado de la puerta, apoyada sobre la pared. Habla con un chico. Con camisa, con el pelo engominado hacia atrás. Se ríen. Hablan por lo bajo. Se susurran. Son novios –Piensa. Y al pensar, su cabeza vuelve a irse, irremediablemente, a otro lado, a otro lugar, a un recuerdo, a unas semanas antes en el Picasso.<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">Pronto conocería a Virginia y a Curro, a esos dos enamorados que se contaban secretos pegados a la pared. Y también a Ana Expósito y a Anita Amarillo. Sí. La chica que hablaba por los codos. Pero no todo se quedaría ahí. No todos los recuerdos se quedarían condesensados en ese instante. Lo que Berta no sabía en ese momento, es todo lo que el destino había preparado para ella.<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">Conocería a Lucía, a Gar, a la Pepa, a Aza, a Paci, a María Amor, a la Ruíz, y a la Rome, que soy yo. Y también, más tarde, a Rosita. Y a muchas más que también, queriéndolo o sin querer, nos convertimos en compañeras de viaje. Un viaje que todavía sigue surcando, a su manera, todo el mar infinito que no acaba.<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">Muchas veces, navegando por esas millas que dejamos atrás, te recuerdo encima de mi cama, con ese atril de madera, y con una coleta medio deshecha. Otras, te recuerdo haciendo de capataz, moviendo colchones por el pasillo. Otras, haciendo deberes de italiano deprisa. Y en otras, intentando aprender a tocar la guitarra. Y a veces, también recuerdo aquel día que diste la cara por mi, en el comedor, dándole a la jarra con la cuchara, intentando que todo el mundo te prestara atención. Nunca he olvidado cómo me contabas tus historias, ni cómo hablabas de tus miedos y de tus sueños. Tal vez por eso te escribo esto. Porque desde aquellos momentos me dí cuenta de lo cerca que había estado de ti y de lo mucho que te había conocido en tan poco tiempo. Tal vez en esos momentos sentí también, que el capricho del destino era ese: Conocer todos los detalles de tu vida que no había podido presenciar hasta ese día, para que así, por muy lejos que se alejara tu barco del mío, supiera dónde ir a buscarte si te sentías perdida. O si la marea nos alejaba kilómetros y kilómetros.<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">Y a día de hoy, yo sé que tú sabes, que me tienes. Que me tienes para siempre y para lo que sea. Por muy lejos que estemos y por mucho que nos pase. Porque somos capaces de ponernos al día en un día gracias a tu super capacidad de no respirar y contarlo todo seguido. ¡Lo admiro! Porque al menos una de nosotras no tarda siglos en contar una chorrada...<br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;">Porque ya lo ves. Este es el claro ejemplo; Intento decirte que felicidades y acabo escribiéndote todo esto. Pero en fin, da igual. Lo importante es que al final, después de todas las historias que te he contado, acaba la canción de Yiruma y también el cuento. Pero en este caso, tú cumples 20 años, yo me alegro de que no haya cambiado ni un ápice de ti, y dejo todo esto, por si algún día decido volverte a escribir, en puntos suspensivos...</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: center;"><b><span style="font-size: large;">FELICIDADES BERTIBIRI... Ü</span></b></div></div>Fulanita de talhttp://www.blogger.com/profile/10804351610086645159noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2693586414154604457.post-28634544250246508532012-01-07T10:51:00.000-08:002012-01-07T10:51:44.795-08:00Nunca cambiaría el final de los años.Hoy he vuelto a releer algunas de esas entradas que llevo escribiendo durante casi 2 años. En algunas me he reído, en otras me he avergonzado y, en unas cuantas, he vuelto a llorar. Hoy, oficialmente para mí, acaba la Navidad. Y soy capaz de hacer un pequeño balance para que conste en acta:<div><br />
</div><div>Creo que la Navidad también es una palabra que contiene una gran fuerza y una gran capacidad de unión. Es como un imán que atrae a las personas. O que tal vez, las apacigua y las sienta sobre la mesa. Muchas veces, la gente suele decir que la odia, que siempre es triste y que se gasta mucho dinero. Sí. En Navidad nos acordamos de la gente que ya no está, que no se sienta sobre la mesa y que no rasga con una cucharilla la botella de Anís. Es verdad. También, nos entristecemos porque nos gustaría tener para todos, porque nos gustaría hacer el mejor regalo del mundo y no se puede. No se puede, y eso también es verdad. Pero yo, sin embargo, siento que la Navidad es la única que puede conseguir cosas que, aunque tú te empeñes y te empeñes, y luches, y grites y maldigas, no eres capaz de conseguir. La Navidad nos hace mejores personas, digan lo que digan. ¿Saben por qué? Porque si no hay, buscamos debajo de las piedras. Nos hace daño ver a alguien sin ilusión, sin un regalo debajo del árbol. Porque cuando comienza el año, aunque hayas estado enfadado mucho tiempo con alguien, también duele no abrazarle como todas esas veces que sí que lo habías hecho. Y por eso lo haces. Me gusta porque en Navidad, pasas el tiempo con personas que llevas mucho tiempo sin ver, disfrutas cuando les ves bailar, vives cuando recuerdan algún recuerdo que tú ya no recordabas, y tú haces volver a vivir con algo que ellos habían olvidado. Y eso me gusta. En Navidad, aunque sea con agua, brindas por algo. Da igual si más grande o menos grande. Pero por algo. Porque en Navidad somos capaces de hacer balances y rebuscar... Encontrando, finalmente, algo positivo. Y a mí me salen las cuentas, me pesa lo bueno, me sobra lo malo. La Navidad es una fuerza, al igual que la fe, porque es la única que ha conseguido levantar a mi abuelo de la cama. Cuando todos los demás se tiraban de los pelos buscando la fórmula de hacer que eso ocurriera. La Navidad es capaz de cualquier cosa, y cuando digo de cualquier cosa, es de cualquier cosa. Y todos me dicen que todo lo que propone la Navidad debería realizarse todo el año, sí, ojalá. Pero al menos existe, ¿no? Al menos, lo vivimos durante unas semanas, ¿no? Y por eso debe disfrutarse. Con poco, con mucho... da igual. Valoremos todo lo que tenemos alrededor, quedémonos con todas las caras de la mesa, enseñemos a los pequeños lo que nosotros hacíamos cuando éramos así y nunca permitamos que la mesa se quede vacía, hagamos que crezca. Que crezca todo lo que pueda...</div><div><br />
</div><div>Y así, cuando haya frío, recuerda. Abrígate con el calor de esos días. Y no los olvides, no los olvides jamás.</div>Fulanita de talhttp://www.blogger.com/profile/10804351610086645159noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2693586414154604457.post-77645275432804014672011-11-28T07:55:00.000-08:002011-11-28T07:55:46.279-08:00Las cosas que se pierden por el camino.<div style="text-align: justify;"><i style="background-color: #fefefe; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 15px;">"Cogimos nuestra ropa de los sábados tarde y corrimos calle abajo. Desprendiéndonos de todos aquellos problemas que pudieron, entre semana, revolvernos el estómago por dentro. Escapamos. Como quien se larga para no volver. Y yo cogí mi cámara y fotografié. Por si acaso. Porque somos tan pequeños con respecto a todo lo demás, pero logramos sentirnos tan grandes si nos unimos... que aquella vez, agoté la tarjeta de memoria. Y me alegré de que, al menos ese sábado, fuera para siempre"</i></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 12px; line-height: 15px;"><br />
</span></span></div><div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 15px;">Ha llovido mucho desde entonces. Desde aquella foto, desde aquel viejo texto. Pero tenía razón. Me alegro de conservar esta foto y los recuerdos que con ella vienen. Pese a que también, luego, me doy cuenta de que las fotografías no son capaces de congelar todo lo que captan. Al menos no para siempre; </span><b style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 15px;">Ya no somos lo que éramos, hemos cambiado</b><span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 15px;">. Me pregunto porqué a lo largo de los años todas esas palabras pesan más. Que alguien me lo explique.</span></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 12px; line-height: 15px;"><br />
</span></span><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="http://2.bp.blogspot.com/-ezqkUAD1Mwg/TtOs1RzA6II/AAAAAAAAAJ4/TZuWNBOoslQ/s1600/1.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="210" src="http://2.bp.blogspot.com/-ezqkUAD1Mwg/TtOs1RzA6II/AAAAAAAAAJ4/TZuWNBOoslQ/s320/1.JPG" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Hace años. Algo más pequeñas. Un sábado por la tarde.</td></tr>
</tbody></table></div></div>Fulanita de talhttp://www.blogger.com/profile/10804351610086645159noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2693586414154604457.post-37404857527553972112011-11-23T10:33:00.000-08:002011-11-23T10:35:54.955-08:00En otra vida. En otro mundo. Con otro son de acordes.<div style="text-align: justify;">Por si acaso no te olvido, he bebido más de la cuenta estos últimos años. La vida se me ha puesto de espaldas y tú no me entiendes. Y creo que yo nunca te he entendido.<br />
<br />
Por eso he bebido más de la cuenta estos últimos años. Porque así canto más fuerte y no me escucho. Y no te escucho. Y no nos escuchamos. Y la vida pasa sin ese leve, y a veces ruidoso corazón, que parece que no existe, que no existió, que se ha perdido. Pero no. No lo ha hecho. Yo nunca he querido que lo hiciera, pese a que tú siempre has creído que yo siempre he deseado que se perdiera. Nunca te has parado a pensar qué pienso y dónde estoy. Ni que fue de mí. Ni siquiera si sigo siendo la misma a la que un día le llenabas la nariz de helado y se reía. Si me emocionan la mismas cosas, si sigo escuchando las mismas canciones, si veo las mismas películas que tanto me hacían llorar. Si sigo coleccionando frases favoritas o si me siguen apasionando los mismos zapatos rojos de siempre. Si me sigue gustando ver la primavera desde el mismo parque, o si ya la he cambiado por ver la lluvia desde el cristal. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">No sé. Todo el mundo es capaz de cambiar el tiempo. Pero pocos son los que logran curar un corazón clavado entre la cuarta y la quinta costilla. Es difícil. Pero fue tu culpa. Ya no me compro los mismos sueños rotos de antaño. Hace tiempo te vi sonreír en otra dirección. Y desde entonces, entendí que todo lo que vendría después de aquello, no me correspondía, no era mío, no podía cambiarlo. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">¿Entiendes aquella maniática frase? El destino es caprichoso. Nunca lo olvides. </div><div><div><br />
</div></div>Fulanita de talhttp://www.blogger.com/profile/10804351610086645159noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2693586414154604457.post-40518823619094146652011-09-23T14:01:00.000-07:002011-09-23T14:01:40.372-07:00Aquella canción chirriante que nunca ha dejado de sonar...<div style="text-align: justify;">Había muchos momentos en los que, por rabia o por otro tipo de pensamiento inexplicable, quería acabar con todo. Y como siempre, empezar de cero. Un lugar, otras personas, otra vida, otros sueños. Cuál más distinto... Lo imaginaba. Y luego, más calmada, volvía en sí. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Vivir, a menudo, trae consigo golpes contra la pared. Gritos interiores. Lágrimas que corren por impotencia. Como yo, a veces.Y no es cuestión de mala suerte, ni de elegir opciones incorrectas, es el precio de vivir deprisa. De no pensar. Y de ir, como aquel libro decía, donde el corazón me lleve.</div>Fulanita de talhttp://www.blogger.com/profile/10804351610086645159noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-2693586414154604457.post-26618586933789983522011-08-22T17:19:00.000-07:002011-08-22T17:30:32.120-07:00Restos de arena entre los dedos.<div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;"><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;"></div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;"><a href="http://2.bp.blogspot.com/-xoC78Oh4lbk/TlLxuZot46I/AAAAAAAAAJw/0S6JxfUmTak/s1600/4.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: right; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" qaa="true" src="http://2.bp.blogspot.com/-xoC78Oh4lbk/TlLxuZot46I/AAAAAAAAAJw/0S6JxfUmTak/s200/4.JPG" width="150" /></a>Si echaba la vista atrás, ahí estaban todos. Sin un orden. Todos. Todos sus grandes momentos. Las buenas noticias, las cenas con amigos, las siestas en el jardín, el libro amarillo de Espinosa y las gotas de agua en las gafas. Aquello era lo que ella había vivido. Helados de nata, paseos en moto, acogida sorpresa. Una vecina se enamora. Unos besos te sorprenden. Aprendes a bailar. Vives el concierto de tu vida. Miras todas esas fotos. Recuerdas a las niñas. Ellas te recuerdan a ti. No ganas a los dardos y te picas. Duermes con el frío. Y en ocasiones, también, con las ardillas. Alguien te responde una de las preguntas de tu vida. Y sonríes. Nunca olvidarás aquella tarde. </div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;"><br />
</div></div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;"><a href="http://4.bp.blogspot.com/-8S8fInvXypc/TlLxY6I6jPI/AAAAAAAAAJk/CK8D-FqlpEA/s1600/1.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; cssfloat: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="147" qaa="true" src="http://4.bp.blogspot.com/-8S8fInvXypc/TlLxY6I6jPI/AAAAAAAAAJk/CK8D-FqlpEA/s200/1.JPG" width="200" /></a>O, tal vez mejor, nunca olvidaré aquel verano. O este. Que está apunto de acabarse. Gracias. A todos. Por haber conseguido esto. Que no es más que una caja llena de felicidad. Que espero que sea muy pequeña en comparación con la próxima. O al menos, tan enriquecedora y tan bonita como la que dejo en esta estantería. </div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;"><br />
</div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;"><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;">Esta es la hoja que describe un verano lleno de cosas que recordar. Algunas imposibles de describir. Y otras, que aquí, <strong>siempre se leen entre líneas</strong>.</div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;"><br />
</div></div><div class="separator" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; clear: both; text-align: center;"><a href="http://3.bp.blogspot.com/-hzn5sS7pxpE/TlLx41kVm1I/AAAAAAAAAJ0/zSxlR_piRRE/s1600/5.JPG" imageanchor="1" style="cssfloat: right; margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="148" qaa="true" src="http://3.bp.blogspot.com/-hzn5sS7pxpE/TlLx41kVm1I/AAAAAAAAAJ0/zSxlR_piRRE/s200/5.JPG" width="200" /></a></div>Fulanita de talhttp://www.blogger.com/profile/10804351610086645159noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2693586414154604457.post-87758072157923706932011-08-09T06:59:00.000-07:002011-08-09T06:59:39.728-07:00Ella tiene el nombre más bonito del mundo.<div style="text-align: justify;">No te voy a regalar un reglón, ni un párrafo, ni nada que se le parezca. Es tan difícil hablar de ti. Tan difícil verte y describirte. Tan mágico sentir que no te vas. Que no te has ido. Que no te irás. Que has estado ahí, aunque a veces no lo notara, no lo sintiera, no quisiera verlo. No sé qué decirte. No sé qué puedes merecer. Gracias. Gracias por haber estado ahí siempre, <strong>felicidad.</strong></div>Fulanita de talhttp://www.blogger.com/profile/10804351610086645159noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2693586414154604457.post-43205246028498011052011-07-24T08:25:00.000-07:002011-07-24T08:27:09.104-07:00Aitor se ha ido. O tal vez, solo espera que ella quiera volver a verle.<div style="text-align: justify;">[...] No es eso lo que te ha hecho así. Quiero pensar que eso a sido fruto de muchos instantes, de muchos errores, de algún que otro fracaso. Pero no solo de uno. No solo de un amor escurridizo, idealizado. Me harían falta muchas historias para entenderte. Para creer que tú ya no eres capaz de sentir lo mismo por ningún otro. Pero no es por no creerte, lo único que no quiero es querer creerte. Me da miedo. A ti no te hace falta nada más que una sonrisa a medias para brillar en una plaza. Y sabes que los demás no tardan en saber que eres tú lo que brilla en el fondo. Por eso no acabo de entenderte. No acabo de entender que sea tan duro volver a empezar. Volver a besar. Volver a sentir. Al final va a ser verdad que todos tenemos una pieza perdida por ahí que nunca nos paramos a buscar. Pero una pieza que, en el momento que encontramos sin querer, sabemos que será nuestra para siempre. <i>"Encaja" </i>esa es la palabra. </div><div><div style="text-align: justify;"><br />
</div></div><div><div style="text-align: justify;">Pero hay veces que, sin desearlo, tal vez por descuido, perdemos lo que habíamos estado buscando sin buscar. Y ese momento, es terrible. Porque él era la clave de tu rompecabezas personal. El pomo que giraba todas esas puertas que tú eras incapaz de abrir por miedo. La sintonía de aquella felicidad que él siempre te pintaba de color azul claro, como el cielo de verano. Y sabes, perfectamente, que es imposible que alguien lo sustituya. Porque un clavo no saca otro clavo. Otro clavo consigue clavar más al clavo viejo. Incrustándolo, así, mucho más en tu corazón.</div></div>Fulanita de talhttp://www.blogger.com/profile/10804351610086645159noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2693586414154604457.post-48458642660291801422011-07-13T12:39:00.000-07:002011-07-13T12:42:19.465-07:00Existen momentos en la vida en los que sientes que te has vuelto mejor persona.<div style="text-align: justify;"><em>"Nada más que de pensar que no volverá a mirarme con los ojillos con los que siempre me miraba..."</em></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Esa frase se me ha clavado en el alma. Y ahora, con la música de Jeff Buckley, recuerdo como siempre, con la patita derecha, pedía que siguieras acariciándola. Y también cómo nos cabreaba que ladrara tanto cuando tocaban a la puerta. Ella siempre había podido subirse al sofá sin problemas. Recuerdo esos brincos de alegría cuando sonaba el coche del panadero a las dos de la tarde. Sabía que faltaba poco para que llegara mamá. El ruido de sus patillas en contacto con el suelo. Su manera de amoldarse a mi cuerpo y al de todo aquel que le proporcionara calor. Y como se ponía boca arriba para que le acariciaras la barriga. Ella siempre había sido feliz con poco... Con esas barritas que le fascinaban, con una pelota que nunca llegaba a morder o con abrirle la puerta del patio. Buena. No se me ocurre otra palabra. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Hoy he aprendido una cosa muy importante. Noa me ha enseñado que se puede ser fuerte hasta el final. Y que se puede querer, también, hasta el final. Estoy segurísima que, si hubiese podido hablar aunque solo fuese por un instante, habría dicho <em>"os quiero, no sufráis". </em>Porque sus ojos lo decían. Yo lo sé. Hoy se ha ido alguien muy especial que nos enseñó a mi y a mi familia, muchos valores que hoy día se ponen muy en entredicho. Y es acojonante que alguien tan pequeño, tan frágil y tan inocente, haya sido capaz de hacernos ver que con un gran corazón, eres capaz de llevarte contigo todos los que quieras. Y tú sabes, y me alegro, que allá dónde vayas, incondicionalmente, tendrás los nuestros. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Y que algún día, el destino, volverá a reunirnos a papá, a mamá, a ti y a mi en<strong> el cielo de los perros</strong>. Espéranos, como siempre lo has hecho...</div>Fulanita de talhttp://www.blogger.com/profile/10804351610086645159noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2693586414154604457.post-55476955098807378262011-07-05T12:48:00.000-07:002011-07-05T12:48:41.659-07:00A mi esto no me sabe a vino de reserva. Aunque no lo parezca.<div style="text-align: justify;">No debería dedicar nada porque nunca se sabría si es mentira o verdad lo que digo. Bueno, realmente no es asi, para algunos sé perfectamente lo que sería. Sin embargo, me sorprende que sean esos mismos los que me suben las estadísticas del blog. Pero me alegro. Me alegro de muchas cosas hoy. En especial, de una. De una que en lugar de comentar, me reservaré. Y así todo queda como flotando, en las nubes, en el aire. Rememorando aquellos tiempos en los que más que pisar el suelo, lo vislumbrábamos desde las alturas. Que absurdo me parece ahora ponerme a recordar... Mira. Mejor lo dejo y pongo un buen texto. Y así queda esto más bonito y yo me olvido de que eso de que quede bonito o feo da igual. No se van a parar a analizarlo. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><em>"Te habrás dado cuenta de cómo metas que parecen difíciles, uno acaba consiguiéndolas. Incluso si hubieras fracasado, habrías aprendido. El fracaso nos hace más humildes y nos ayuda a rectificar nuestros errores. Los fracasos son tan sólo vías de aprendizaje para volver a intentarlo. Abandonar y no volver a empezar sería el gran error de nuestra vida"</em></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Una nota aparte: Yo sigo pensando que, a veces, los fracasos, en lugar de hacernos más humildes nos vuelven aún más soberbios y vanidosos. Como ya decían por ahí: <strong>Abrace a los suyos y aférrese, que aqui no es bueno el que ayuda sino el que no molesta.</strong></div>Fulanita de talhttp://www.blogger.com/profile/10804351610086645159noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2693586414154604457.post-78632421405867910972011-07-02T11:12:00.000-07:002011-07-02T11:12:43.125-07:00La frase de Mamá que nunca olvidaría.<em> <blockquote><div style="text-align: center;"><em>"Porque todavía existe gente que no necesita vestirse de marca. Hay personas que la marca la llevan dentro"</em></div></blockquote></em>Fulanita de talhttp://www.blogger.com/profile/10804351610086645159noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2693586414154604457.post-15196885435643680692011-06-26T12:21:00.000-07:002011-06-26T12:26:57.945-07:00Los deseos que una no escribe en el papel de la Noche de San Juan.<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="http://2.bp.blogspot.com/-XVcAMxbr_hk/TgeGkIpNgTI/AAAAAAAAAJQ/1w_8YyuV6wg/s1600/image.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="150" i$="true" src="http://2.bp.blogspot.com/-XVcAMxbr_hk/TgeGkIpNgTI/AAAAAAAAAJQ/1w_8YyuV6wg/s200/image.jpg" width="200" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Me quedo con esta.</td></tr>
</tbody></table><div style="text-align: justify;">Aún cuando nadie había preparado la madera, ya estaba preparándose la Luna. El mar hablaba asíncopado por las olas. Pero nunca gritando. Bajito, siempre bajito. Y a lo lejos, un barco con una eslora no muy grande. Mediano a mi parecer. Paseando por encima. Bailando quizá. Y allí, aún más lejos, un Sol que, a diferencia de ella, se escondía. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Ni una ráfaga de viento más fuerte que otra. Solo, al principio, un cielo encapotado. Algo gris. Como yo. Por los cambios. Pero nada que yo ya no supiera, en principio. Era la Noche de San Juan más rara de mi vida. Me recordó a esas reuniones que algunos abuelos hacen cada año. Reuniones que, tristemente, se van quedando sin esencia porque cada vez acuden menos abuelos a ella. Unos porque sus circunstancias no se lo permiten y otros porque sencillamente ya no están. Y este es el quid. Me preocupaba más la segunda cuestión que la primera. Era como darle más valor a lo que ya no estaba que a lo que prevalecía allí. Por eso, durante un momento, yo también pinté la playa, el cielo, la gente, el aire y la arena de gris. Me acordé de esos estúpidos nervios antes de que se publicaran las notas de Selectividad. Del cabreo con <strong>Judith</strong> por no entenderlos. De la llamada de mamá y de lo que hacía <strong>Yolanda</strong>, disimuladamente, mientras. Me acordé también de que la primera vez que fui a San Juan sola fue gracias a <strong>mis primos</strong>. Y ya no recuerdo cuándo ni con quién volví. Recordé en otro, lo que dió de sí perder una toalla. La comida que preparó mi madre y el rancho de fotos que hubo. Muchas de ellas censurables desde el minuto uno. Y no sé porqué, me acordé de<strong> Betuchi</strong> y de la vez que nos llevaron en furgoneta. De la guitarra de <strong>Mª José</strong> y de sus canciones. Y de la hoguera que intentaba reavivar <strong>Capote</strong> con la ayuda de <strong>Juanka</strong>. Y cuando ya no quedaba nada de esos años, cuando se habían evaporado y se habían juntado con el humo, cuando ya no estaban ni siquiera los que seguían estando, volví a mirar en la misma dirección. Parpadeé y forcé un poco más la vista. Y sí. No era mentira. Hay cosas que son inconfundibles todavía. <strong>Diana</strong>. Creo que nunca me había levantado tan rápido del suelo. Pese a que luego, a menos de un metro de ella, me parara en seco y fuera la última en darle un abrazo. Algo lista sí que fui; <em>Fue el abrazo más largo</em>. No me resultó extraño que todo se encauzara. Que yo me encauzara. Y que todo volviera a verlo diferente y a la vez, perfecto. No necesité nada, lo juro. Bueno, sí. Papel y boli. Y esta vez, lo único que no apareció en mis deseos fue <em>volver atrás.</em> </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Confío, cada vez más, en ese destino caprichoso que parece que sabe cuando necesitas un calambrazo en el corazón.</div>Fulanita de talhttp://www.blogger.com/profile/10804351610086645159noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2693586414154604457.post-25454221269207823612011-06-20T18:55:00.000-07:002011-06-20T18:55:51.966-07:00Antonio Escámez, el hombre de hierro.<div style="text-align: justify;">Cuentan esas boquillas alimentadas de guinda que es un perdedor. Que lo ha vendido todo. Y que ya no tiene nada que hacer. Que no sirve. Cuentan, esas mismas, que Motril no le importa. Y que en general, <em>nada le importa</em>. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Vamos a buscar en el bául de los recuerdos. Pero vamos a buscar poco, ¿vale? <strong>Hay quienes no necesitan valerse del pasado para enfrentarse al presente.</strong> Y ese es él. El figura, <strong>Antonio Escámez</strong>. El que usa la ironía, las metáforas y las frases hechas. El que nunca enrevesa una frase porque entiende que si las cosas se dicen con claridad y sencillez, es mucho más fácil comprender el mensaje. El que nunca presume; El que no cuenta lo que ha hecho, sino lo que no ha podido y le ha quedado por hacer. Eso es. Humildad y franqueza. Su clave. La clave de los andalucistas. Y a la vez, la diferencia que los hace destacar. Para bien o para mal. Que juzgen los lectores. Antonio Escámez, el único que no aburre con sermones y alegatos en los plenos. El que se implica con las causas, con los problemas y con Motril. Aunque moleste. Aunque algunos se empeñen en "desmantelarle" olvidando cuáles son los asuntos realmente importantes. El paro. El 15 M. Los jóvenes. El Plan General de Urbanismo. La Autovía. El Polígono Industrial del Puerto. Las Angustias. El Varadero y una lista que, si fuera por el Partido Andalucista, no terminaría nunca. Porque eso es lo que les caracteriza. El empeño. La fuerza. El trabajo. El esfuerzo. Y las ganas. Las ganas de seguir creciendo, mejorando, renovando y enriqueciendo esta ciudad, que para ellos, en estos momentos, es una de sus principales preocupaciones.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Y vuelvo de nuevo a decir que, aunque moleste, Antonio Escámez, es grande, valioso y admirado. Es ese aire renovador que necesita este Ayuntamiento. Es el carisma. Y es un corazón que tiene hueco, espacio y tiempo para todo el mundo. Y quien no se lo crea, que se preocupe por conocerlo de verdad o que, al menos, aunque lo vea insuficiente, que pierda 5 minutos de su valioso tiempo y le eche un vistazo a este vídeo que les aseguro que no tiene ningún desperdicio.</div><div style="text-align: justify;"><br />
<br />
</div><div style="text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="349" src="http://www.youtube.com/embed/XTcK6-SjMEI?rel=0" width="425"></iframe></div>Fulanita de talhttp://www.blogger.com/profile/10804351610086645159noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2693586414154604457.post-57569277297597159882011-06-14T16:45:00.000-07:002011-06-14T16:46:54.033-07:00Ponle a esto otros tres puntos suspensivos<div style="text-align: justify;">Felicidad. Happiness. Felicità. Felicidade. Glück. Eso. Algo así.Da igual como lo digas. Moverse con el viento. Oler a tostadas. Manos suaves. Apagada o fuera de cobertura. Qué más da. Felicidad solo con esos tres o cuatro rayitos del sol que sale a las diez de la mañana y que entran por esa persiana medio cerrada. Entrecruzar los pies mientras pienso la última frase de esa que nunca termino. <em>La felicidad es...</em> Bajar de puntillas. Una sonrisa y un brindis. Y algo más. Algo más. ¿Qué más? <strong>La <em>felicidad es</em></strong> poner tres puntos suspensivos después del verbo y dejarse llevar.</div>Fulanita de talhttp://www.blogger.com/profile/10804351610086645159noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2693586414154604457.post-86170883419214475692011-06-11T12:25:00.000-07:002011-06-11T12:26:26.120-07:00Hay quienes piensan que, simplemente, los corazones viven. Hay quienes piensan que, simplemente, vivir comprende muchas más cosas.<div style="text-align: justify;">A ese <em>"simplemente están vivos"</em> yo le pondría algo más. Ahora mismo no sé el qué, pero algo más. Parece que todavía no se entiende lo que quiero decir. Ya nos pasa algo parecido. Yo tampoco sé lo que quieres decir. Un corazón puede latir. Pero eso no significa que esté vivo. <strong>Vivir es mucho más que respirar</strong>. Me dijeron hace un tiempo...</div>Fulanita de talhttp://www.blogger.com/profile/10804351610086645159noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2693586414154604457.post-21883640761851016442011-06-10T16:03:00.000-07:002011-06-10T16:08:30.816-07:00Cuando ya no recuerdas lo que eras porque lo has perdido por el camino...<div style="text-align: justify;">Vamos a descansar. Me encanta la luz nueva de la lámpara de mi salón. Su intensidad es regulable y le da, por fin a estas cuatro paredes, otro aspecto. Uno más tranquilo. Un poquito más acogedor. Acabo de poner esa canción de Marlango que se titula "La BSO de las Malas Temporadas" y acaba de venirme aquella frase que decía "No es buen tiempo para los soñadores" que tanto me gustaba. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La verdad que no hemos tenido tiempo para nada. Poco a poco he olvidado cuál era la sensación que producía dormir ocho horas diarias seguidas. Y quien era yo hace un tiempo. A que dedicaba el tiempo libre y que cosas eran las que me hacían feliz los días extraordinariamente normales. Echo de menos no saber organizarme, perder el tiempo y ver la tele por las noches. También leer. Y también escribir. Sigo cuestionándome muchas cosas y, aún así, ni siquiera sé porqué sigo andando en lugar de retroceder y pararme un poco a pensar. Tal vez porque cada vez que yo decido hacerlo, todo, incluido el destino y la suerte, empiezan a decidir por mi. Y sé que no debería guiarme por estúpidas intuiciones que normalmente no llegan a ninguna parte pero, tengo la ligera y leve sensación de que no lo estoy haciendo tan mal. Y de que, al menos, las cosas que consigo no se las debo a nadie. Es verdad. Creo que eso es lo que verdaderamente he ido aprendiendo desde que estoy aquí; A tomar decisiones y a tener que asumir los desenlaces de cada una de ellas. Solamente yo. Sin nadie. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Lo más curioso es que hace un año no quería absolutamente nada. Estaba cansada de que decidieran por mi y de que nunca se tuviera en cuenta nada de lo que yo decía o pensaba. Que todo estuviera extraordinariamente cubierto con una capa protectora para no hacerme daño. Y sin embargo, hoy, paradójicamente, echo de menos que alguien me empuje y se interese por mi y por lo que hago. Que me de un masaje por llevar casi 24 horas sentada en una silla. O porque llevo varios días sin dormir. No sé. Ni un "lo estás haciendo bien". Es triste, ¿no? Es triste que, al haberme quedado con lo que nadie esperaba, ahora a nadie le interese ninguna de las cosas que yo le cuento con algo de brillo en los ojos...</div>Fulanita de talhttp://www.blogger.com/profile/10804351610086645159noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2693586414154604457.post-39797073486591956152011-06-04T05:28:00.000-07:002011-06-04T05:33:06.596-07:00Los corazones nunca se duermen. Los corazones despiertan.<div style="text-align: justify;">Es verdad. <strong>Los corazones nunca se duermen</strong>. Los corazones más que dormir, despiertan. Aunque al caso, para mi, viene a ser lo mismo. Yo sigo viviendo en un letargo que sigue prolongándose y no me doy cuenta o, mejor cuidemos las palabras, <em>no me quiero dar cuenta</em> de lo que hay. Sinceramente no es una cuestión que me preocupe en exceso. Quiero decir que no me importa seguir pensando que detrás de lo que todos ven feo, yo sigo viendo algunas cosas bonitas. Y eso no quita que haya cosas que no me gusten. Creo que ese es el problema. <strong>Darle más valor al pasado que al presente.</strong> Autoconformarse. ¿Debería?. Lo mejor es que no sé qué es lo que debería y lo que no debería hacer. ¿Cambiar el rumbo y la silla de lugar?. Nunca. Es mejor proyectarse hacia delante que tergiversar un camino que crees correcto. En cuanto a la silla, considero que nadie reemplaza a nadie. Que todos tenemos o tuvimos un puesto. Y que ese lugar, inevitablemente, no vuelve a ser de nadie más. Pese a que cada vez las voces suenen más huecas por el vacío que hay dentro.</div>Fulanita de talhttp://www.blogger.com/profile/10804351610086645159noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2693586414154604457.post-10459854708509181662011-06-02T23:39:00.000-07:002011-06-02T23:39:32.472-07:00"Y ahora me doy cuenta, de como ha pasado el tiempo" El prólogo de Granada, con el frío por la mañana.<div style="text-align: justify;">Ver lo mismo y sentir, en cambio, que es la primera vez que lo ves. Gran Vía. Y pararte a pensar en las veces que has pasado por allí sin pararte a pensar cuando sería la siguiente vez. Gotear. Y no saber si es de miedo o de calor. Mirar el reloj, añadir minutos sin querer, creer que llegas tarde. Y darte cuenta luego, después de un año entero casi, que no llegaste tarde. Que todo estaba preparado para ti. Que todo ocurre por una razón y que el destino, es siempre mucho más caprichoso de lo que nos pensamos.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;"><a href="http://2.bp.blogspot.com/-sP50tLU1Lvk/TeiA1fFWgMI/AAAAAAAAAIo/S5bBbgLpSJE/s1600/o.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; cssfloat: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="133" src="http://2.bp.blogspot.com/-sP50tLU1Lvk/TeiA1fFWgMI/AAAAAAAAAIo/S5bBbgLpSJE/s200/o.jpg" t8="true" width="200" /></a><a href="http://2.bp.blogspot.com/-A8-7GsSPdO8/TeiAYb797QI/AAAAAAAAAIk/y5IEmnB9QkM/s1600/PJizKI5UQos8K2YmkOz.0.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; cssfloat: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="133" src="http://2.bp.blogspot.com/-A8-7GsSPdO8/TeiAYb797QI/AAAAAAAAAIk/y5IEmnB9QkM/s200/PJizKI5UQos8K2YmkOz.0.jpg" t8="true" width="200" /></a>Ellas. Sin saber por cual empezar, también son fruto de ese destino tan caprichoso. Son otra manera de aprender que querer es más fácil de lo que creemos y que el tiempo, en ocasiones, es demasiado irrelevante. Un año. Un año cargado de momentos de todo tipo; Que si una <em>mudanza</em>, que si "vamos a estudiar", que si italiano por aquí, que si vecino por allá. Que ahora vamos a la <strong>Sierra</strong>. Y que no. Que me han puesto una multa viniendo a Granada y ya que he llegado, me vuelvo a Málaga porque sí. Ahora prefiero que alguien se contonee en Gran Vía bailándole a los coches y, ahora, creo que esto es un desastre y que es mejor que lo ordenen entre dos. Ah, no. <strong>Que alguien en una doble siempre vive sola</strong>. Vale. Quitémosle hierro al asunto y bailemos <em>flamenco</em>. Sin caerse por las escaleras. ¿Por qué no subimos en ascensor? Cuidado, seguro que alguien espera arriba para dar un susto. <strong>TSS</strong>. <strong><span style="font-size: large;">¡¿Alguien con Blackberry?!</span></strong> Cubos de agua. Siesta, ducha, estudiar, hacer un trabajo y peli. <em>Unas patatillas</em>. Acaba de inundarse un baño. ¿Lo secamos con las sábanas sucias del mes? Bah, hay ideas mejores; Bailemos el <strong>waka-waka</strong> con cierto estilo, sin saber si es para la derecha o para la izquierda o si ahora toca contoneo o meneo pa' un lao'. Espera. <em>Mejor la Shakira</em>. Ah no, no, bailemos el <strong>baile del malo</strong>. Pero ese siempre con <u>azúcar en el vaso</u>. ¿Cuándo se ha roto esta cama? ¿Y esa mesa? ¿Y por qué salen personas de un armario? Huele a pelo quemado. Y alguien ha robado un carrito del supermercado y se ha subido San Juan de Dios con él. Ponle música a todo esto y que alguien toque esa guitarra que en los puentes desaparece...</div><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Sigamos sumando. <strong>Hagamos otra clave del n+1</strong>. Sois las mejores. No tengo palabras para vosotras. Sois las mejores. Seguramente el destino también está asombrado. Nadie, ni él mismo, podría haberlo imaginado de esta manera. Gracias por este año cargado de cosas buenas. Os quiero. Os quiero muchísimo. </div>Fulanita de talhttp://www.blogger.com/profile/10804351610086645159noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2693586414154604457.post-78437676397322448712011-05-30T14:10:00.000-07:002011-05-30T14:55:00.975-07:00La historia que nunca terminaría de escribir. La historia de los puntos suspensivos.<div style="text-align: justify;">Sigiloso ruido el de aquel motor. Las seis. En punto. No le gusta llegar tarde. Abrir la puerta y escuchar esa música que no me gusta. Cinturón. Mirar siempre a la izquierda y ver que él tiene las dos manos agarradas al volante. Como si se le fuera a escapar... -<em>Pienso siempre</em>-. Las seis. Y ningún plan fijo. Pese a que a él no le guste improvisar. Acelera. Y el viento me empapa la cara de frescura. Parece que le da igual a dónde vayamos. <em>"Si tú dices venga, yo digo vale"</em>. Ideas que se quedan atrás de nosotros. Empuje que nos lleva hacia delante. Hagámosle otro par de kilómetros al coche. Ruido provocado por la fuerza de rozamiento. Contar una historia de última hora y ver como se ve sonreír por el espejo retrovisor. Estoy escuchándole tararear una de esas canciones que no me gustan. Le he dicho millones de veces que cambie esa lista, pero él siempre me responde lo mismo. Nunca le entiendo. Pero, sí, no sé, a veces, opto, admito, que, acabo, entendiéndole... </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Frena de golpe. Y la realidad me cruza la cara. Él no sabe mentir. Pero también sabe que las verdades no me duelen sino que me van matando lentamente. Y por eso me agarra. <em>"Me agarra"</em>. Me da tanto miedo admitir que es el único que ha sabido agarrarme y decirme cállate que ahora, no sé como decirle que no encuentro a nadie que se le parezca. <strong>No encuentro a nadie que se te parezca</strong>. Aunque no te lo creas ni quieras creerlo. <strong>No encuentro a nadie que se te parezca</strong>. No sé si por tu capacidad de formular tantas tonterías juntas o por esa felicidad que te rebosa los bolsillos y la piel. Entiéndelo. Eres grande. Vales más que un sueño y que un avión privado. Tal vez tienes el precio de todo este tiempo, más cuatro risas que nunca se han podido controlar y siete piques irracionales que te descontaría. Un abrazo en tiempos de crisis y una mirada en el momento perfecto que decía <em><strong>"Tranquila, estamos aquí contigo".</strong></em> No sé. Dale a desempañar los cristales y te escribo algo para que siempre lo recuerdes vayas dónde vayas. Sin importar dónde repostas y cuántos son los kilómetros que suman la ida y la vuelta. <strong>Te quiero</strong>. Te quiero mucho. Más de lo que crees y de lo que piensas. Y acelera si quieres. Y crece un poco más. Y enséñanos más de lo que nosotros podemos enseñarte a ti. Pero nunca, y cuando digo nunca es nunca, dejes de ser quien eres. Porque eres aquello que ninguna frase logra describir del todo, aquello que yo siempre terminaría en puntos suspensivos...<br />
<br />
</div><div style="text-align: right;">Esta entrada tiene y siempre tendrá un nombre; <strong>Carlitos Ruiz Yáñez.</strong></div>Fulanita de talhttp://www.blogger.com/profile/10804351610086645159noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2693586414154604457.post-60841926596187875162011-05-29T10:55:00.000-07:002011-05-29T10:56:06.638-07:00Yo también quería escribir la canción más bonita del mundo.<div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="-webkit-border-horizontal-spacing: 2px; -webkit-border-vertical-spacing: 2px; border-collapse: collapse; color: #333333; font-family: 'trebuchet ms', verdana, arial, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px;">Luces tenues color naranja alumbran la noche entre cuatro paredes. En el techo no hay estrellas, ni siquiera pájaros, ni un sólo avión... Pero los imagino. Entre una vida caótica y desordenada como la mía siempre he encontrado tiempo lleno de polvo. ¿Soñamos? </span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="-webkit-border-horizontal-spacing: 2px; -webkit-border-vertical-spacing: 2px; border-collapse: collapse; color: #333333; font-family: 'trebuchet ms', verdana, arial, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px;"><br />
</span></div><div style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="-webkit-border-horizontal-spacing: 2px; -webkit-border-vertical-spacing: 2px; border-collapse: collapse; color: #333333; font-family: 'trebuchet ms', verdana, arial, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px;">Voy a intentar meterlo todo en un reglón, como dice la canción. Aviones con un solo destino; Tus brazos. Pájaros que relevan a los grillos de verano en aquel inhóspito lugar con olor a sal. De dónde saldrán. Da igual. Soñemos. Luces tenues, colores azules, nubes que se arrugan como tú. Formas que no distingo. Acaba de llegar una sonrisa más al almacén de Granada. Te busco en el resquicio de un vaso al que casi no le queda agua. Y siempre te encuentro en mis llenos y mis vacíos. Quiero saber cómo lo haces. He empezado a envidiarte. No sé como eres capaz de formular tantos conjuros a la vez. ¿Oyes esa canción? La ponen a propósito. Si no escuchas la letra es simplemente porque no tiene. Pero, si quieres, le ponemos lo que acabo de escribir.</span></div>Fulanita de talhttp://www.blogger.com/profile/10804351610086645159noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2693586414154604457.post-51962823271823620012011-05-27T17:21:00.000-07:002011-05-27T17:21:41.693-07:00El estúpido texto al que nunca se le va a dar la importancia que merece.<div style="text-align: justify;">Y sin querer, he vuelto a mirar hacia un lado y te he encontrado. Siempre entre una foto. Entre un recuerdo idiota. Entre una frase con sarcasmo. Miré hacia otro lado y pisé mis pasos. Y me callé. Siempre estabas. Sin faltar en ningún asunto. Sin estar inmiscuida entre otras cosas. Eras más grande. Un torbellino. Un tsunami entre el mar. Un huracán entre mis tonterías. Alguien que se reía de mis cosas y que nunca tenía prisa para despedirse de mi. Estrellas. Eso. Eras como una estrella. Alguien que nunca dejaba de iluminar lo que yo me empeñaba en crear. Viviendo. Vivir hemos vivido. Otra cosa es que nos haya servido para aprender. Piensa. Creo que el corazón se te ha dormido. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><em><strong>Siempreserácomosiempre</strong></em></div>Fulanita de talhttp://www.blogger.com/profile/10804351610086645159noreply@blogger.com1