sábado, 12 de marzo de 2011

Días que no te esperas.

Otro sorbo más de esa Coca Cola con hielo. Y si cabe, dame otra noche como ésta. Sin nada. Aparentemente. Con amigos que hace mucho tiempo que no ves y con los que ves todos los días. Dame una carcajada así de nuevo. Hacía tiempo que no me quedaba sin aire.

Salir de casa con la sensación de que las cosas no saldrán como tú esperas y llegar radiando de alegría. Seguridad. Simplemente es eso. Seguridad en mi misma y en los que me rodean. Seguridad a la hora de escribir. A la hora de hablar. A la hora de actuar. A la hora de saber vivir. Y lo más importante, seguridad a la hora de elegir.

Y mientras tanto, se oyen murmullos irrelevantes que te llenan, tristemente para ellos, solo los oídos de cera. Murmullos que se quiebran. Que no son capaces de elevarse. Al igual que las miradas. Bajas. ¿Dónde está la transparencia de la que presumen los "sinceros"? Ojalá algún día la encuentren de verdad. Es una lástima que, tal vez, cuando se den en las narices con el calendario, no tengan ningunos ojos delante para verse y reflejarse. O tal vez sí, pero a millas de aquí.

1 comentario:

  1. Me parece realmente bueno. Y es que en este momento de mi vida, parece la entrada que llevo un tiempo queriendo escribir y solo logro publicar paranoias de alguien que lleva tanto tiempo sin ponerse delante del folio en blanco que busca sin descanso la vuelta del don.

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