miércoles, 1 de diciembre de 2010

Las bodas sin corbata. La vida sin tacones.

Me gustaría saber porqué la gente, cuando ha de decir algo importante, demostrar algo importante, vivir algo importante, se viste de gala. Porqué tantas chaquetas, corbatas, tacones, vestidos de palabra de honor, peinados con mucha laca y horquillas y color en los labios. En todos esos actos importantes, en las conferencias, en las bodas, en las declaraciones, siempre se prepara todo antes con detalle y mimo. Y también me gustaría saber... porqué todas son iguales, porqué todas empiezan de la misma manera y porqué todas acaban de la misma forma. Porqué todos los novios que se casan bailan el mismo vals y porqué siempre que se puede, después de toda esa ceremonia, viajan a un sitio programado.

Aún me queda mucho que vivir y muchas cosas por delante, pero a día de hoy, prefiero pensar que yo no acabaré haciendo lo mismo. Que no me casaré en una Iglesia y que el día de mi boda no calzaré tacones y me pintaré los labios. Usaré el mismo perfume de siempre porque la gente, cuando lo huele, sabe que soy yo y sabe que ese es mío. Y nunca, nunca, nunca, programaré las cosas. Ni los viajes, ni las entradas y salidas. Porque es mejor que los planes aparezcan justo el día de antes. Porque... ¿quién sabe? A lo mejor ese día prefiero irme a otro sitio o prefiero viajar en barco, o en coche o.... se me ha quitado el miedo y prefiero volar en avión.

Y ojalá el futuro fuera para siempre, el trabajo durara toda la vida y hacer lo que me gusta también. Ojalá lleve a mi padre algún día a una obra y esta vez sea yo la que le enseñe a él el porqué de las cosas. Cómo se hacen y cómo se obtienen. Ojalá ésta dulce sensación me durara toda la vida, el sentir que todo lo bueno acaba de llegar y que lo malo se ha bloqueado con un filtro y no puede acceder a ti. Eso es sentirse protegida, vencer los miedos, esquivar los fracasos, no caer en la misma piedra gracias a una mano, a dos, a tres o a unas cuantas que sirven y que sabes que son de verdad.

Ojalá mis amigos, los que han estado hasta ahora, los que han llegado nuevos y a los que les importo pese a todas las cosas y distancias y vidas de por medio estuvieran en todos esos actos importantes del futuro. Y ojalá el amor durara toda la vida. ¿Y por qué no todas? Pues porque después de ésta no se sabe lo que pasa pero si tan sólo ésta fuera la única, la viviría siempre así. A mi manera. Con mis cosas, mis amigos, mis tonterías y mi yo más tú.

Y que el mundo tiemble y se ponga por delante.

2 comentarios:

  1. Se supone que te vistes de gala para demostrar que es una ocasión especial, aunque olvidamos que especial es cada día, que cada instante importa y que cada detalle hace que puedas ser un poquito más feliz sin ser consciente de dicha felicidad.

    Qué bello es recordar!
    Qué bello es sentir!
    Qué bello es querer que el mundo no pare y sin embargo siga avanzando en nuevos instantes!

    Pero lo dulce no se saborea sin haber catado antes lo amargo, lo salado, lo agrio... porque para ver el sol y saber apreciarlo antes has de haber visto llover y saboreado el agua de las nubes.

    Me alegra que hayas vuelto.
    Yo también voy volviendo, poquito a poco, a mi vida y rutinita que tanto me gusta :D

    Küssen!!!!

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  2. Hola María... Eres encantadora. Te encontré de casualidad sin planearlo ni pensarlo (por si acaso). No soy ningún ángel que te manda Dios o algo por el estilo (también por si acaso)... Me gustó tu libertad y seguridad para expresarte y estoy de acuerdo totalmente con lo que dices porque yo lo hice tal como lo piensas tú... Sobre tu primer párrafo no todo es igual, ni en el comienzo ni en el desenlace. Hay culturas que tienen otras costumbres y sus arraigos son espectacularmente diferentes (hasta en su concepción del nacimiento y la muerte)... ¿¿Por qué?? te preguntas... porque así es el ser humano, un ser eminentemente socializante, que se impone normas y que no sabe si son correctas o detestables pero las sigue porque hipotecan su personalidad y se mueven caminando espesamente sobre el barro de la hipocresía... Espero que mi compatriota Vargas Llosa hoy no vaya a recibir el Nobel en ropa deportiva, pero seguro que la esposa de un japonés -también ganador- va con un kimono, y el chino -que también ganó y que está preso- por lo menos reciba un aplauso de sus amigos de celda. Un beso y sigue adelante que eres una persona valiosa... Yo escribo sobre cine y si te interesa mi casa es tu casa...
    Muchos cariños desde Lima Perú...
    PEPE

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